Lo que el doblaje hizo por mí (y lo que puede hacer por ti)
- Martina Panno
- 19 jun
- 1 Min. de lectura
Cuando empecé a estudiar doblaje, no sabía si tenía la voz correcta.Tampoco sabía si era "lo suficientemente buena" para actuar, para que alguien escuchara lo que tenía para decir. Pero había algo que sí sabía: me hacía bien.
Entrar a una clase de doblaje fue encontrar un refugio. Un lugar donde podía ser otra, o muchas a la vez. Donde mi voz, con todo lo que tenía de rara, temblorosa o intensa, servía para algo.
Era un canal.
Y a lo largo de estos años, mientras trabajaba como actriz, locutora, y conocía gente increíble en el medio, me di cuenta de algo: no era la única que necesitaba un espacio así.
Por eso empecé a dar clases. Porque quería abrir ese mismo refugio para otras personas.

Para quienes quieren actuar, pero no saben por dónde empezar.
Para quienes aman el doblaje y sueñan con trabajar en eso.
Para quienes se sienten un poco rarxs en el mundo y buscan una forma de expresarse.
Mis talleres no son solo para "profesionales". Son para ti, si tienes ganas. Y sí, te enseño técnica, cómo funciona un estudio, cómo adaptar un guión, cómo hablar en neutro. Pero sobre todo, te enseño a jugar. A usar la voz como puente, como poder, como acto creativo.
Hoy tengo un espacio, una comunidad creciendo y un equipo que se va armando.
Puedes comenzar desde cero. Puedes sumarte aunque no tengas experiencia. Puedes probar, explorar, equivocarte, divertirte.
Puedes encontrar, como encontré yo, una forma nueva de habitar tu voz.
Comentarios